Trufas son un tipo particular de hongo que surge espontáneamente en los bosques y se desarrolla bajo tierra, a una profundidad que oscila entre unos pocos y un máximo de 40-50 cm bajo tierra, en correspondencia con los sistemas radiculares de distintos tipos de plantas como robles, avellanos, álamos, sauces, hayas y pinos.

Trufas Tienen aspecto de tubérculos, y en función de una serie de factores pueden ser de color marrón-negro o marrón-amarillo, de forma redonda bastante regular o irregular, y de tamaños que van desde un diámetro de unos pocos cm hasta un máximo de unos 15 cm.

La parte externa, el llamado peridio, según el tipo de trufa, puede ser marrón (entre negro y marrón oscuro) o entre marrón claro y amarillo. El peridio puede tener una superficie lisa (especialmente en el caso del blanco trufas que, a pesar del nombre, son en realidad de color marrón claro-amarillo) o más o menos verrugosas.

La parte interior, inseparable del peridio, se denomina gleba. La gleba puede adquirir tonalidades muy diferentes: del avellana al marrón claro, del marrón oscuro al violáceo, a menudo con venas de color más claro.

Hay docenas de trufa especies en el mundo, pero los tipos más valiosos se reducen a unas pocas unidades y su producción se limita a Europa, especialmente Italia, Francia y España y los países vecinos. Italia ostenta el récord de producción de los más preciados y sabrosos trufa que es el blanco trufa de Alba o blanco trufa de Acqualagna. Alba es una pequeña ciudad del norte de Italia, en las Langhe piamontesas, famosa también por la producción de vinos tintos finos como el Barolo y el Nebbiolo.